ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES: EL CORAZÓN DE LA DIABETES

Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares, es decir, las enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos, son la principal causa de muerte en todo el mundo. De hecho, se calcula que el 31% de las muertes en 2015, más de 17 millones, se debió a infartos1. Sin embargo, la mayoría de los eventos cardiovasculares puede prevenirse actuando sobre factores de riesgo. La actividad física diaria, el control de la obesidad y de la diabetes y una alimentación sana y equilibrada ayudan a prevenir infartos de miocardio e ictus 2. En el post de hoy hablaremos sobre el impacto que tiene la diabetes y la importancia de mantenerla bajo control para proteger la salud del corazón.

La diabetes es una enfermedad crónica, es decir, una afección de larga duración que aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina (tipo 1) o cuando el organismo no utiliza de manera eficaz la insulina que produce (tipo 2). En el 80 ─ 85 % de los casos, la diabetes que se diagnostica es de tipo 2, lo que supone que es la más representativa<sup>3</sup>. Se debe, en gran medida, a un sobrepeso u obesidad (con índice de masa corporal mayor o igual a 30) y a la falta de ejercicio físico. Como sus síntomas suelen pasar inadvertidos al paciente, en muchas ocasiones se diagnostica cuando lleva varios años de evolución e incluso han podido aparecer complicaciones<sup>4</sup>. Estas complicaciones afectan a la calidad de vida de las personas con diabetes y dispara el gasto sanitario que genera la patología dentro del Sistema de Salud, cuyo impacto presupuestario en Europa oscila entre el 2.5 y el 15% del presupuesto total<sup>5</sup>. Además, las personas con diabetes tipo 2 tienen de dos a cuatro veces más riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares<sup>6</sup> y la mitad de ellos pueden fallecer por enfermedades relacionadas con el corazón<sup>7</sup>.

Para reducir las complicaciones de la diabetes, prevenir su aparición y proteger la salud del corazón se recomienda:

  1. Mantenerse físicamente activo: realizar, al menos, 30 minutos de ejercicio físico aeróbico, como caminar.

  2. Mantener un peso corporal saludable, lo que puede requerir una actividad física más intensa para controlarlo.

  3. Consumir cinco raciones de frutas y verduras al día, evitar el azúcar, las grasas saturadas y moderar la ingesta de sal.

  4. Evitar el consumo de tabaco.

Además de estas recomendaciones, en los casos de personas con diabetes, suele ser necesario un tratamiento farmacológico. En la actualidad, los profesionales sanitarios cuentan con un amplio abanico de alternativas para abordar la diabetes tipo 2. Estos fármacos pertenecen a diferentes familias terapéuticas, lo que significa que tienen mecanismos de acción diferentes e incluso complementarios.

Esta variedad de opciones de la que se dispone en la actualidad es el fruto de años de investigación y supone un motivo de tranquilidad para los profesionales sanitarios que trabajan por la salud de sus pacientes, ya que saben que, si la diabetes evoluciona o se complica, pueden contar con otras alternativas terapéuticas.

Además, en los últimos años de desarrollo clínico de medicamentos antidiabéticos también se ha empezado a medir el impacto a nivel cardiovascular, es decir, se comprueba si protegen el corazón de las personas con diabetes. Con esto, se está consiguiendo que el paciente controle su glucosa (y por tanto evite las complicaciones a corto y a largo plazo) y proteja su salud cardiovascular.

Este punto es clave, porque, aunque la mayoría de los pacientes con diabetes tipo 2 no tienen enfermedad cardiovascular establecida, tienen un riesgo mayor de desarrollar enfermedades cardiovasculares, aunque ellos no lo sepan8. El buen pronóstico del paciente dependerá, por tanto, del buen control que se haga de esta enfermedad metabólica. Por tanto, si eres una persona con diabetes, cuídate y protege tu corazón. Sólo tenemos uno.