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Diabetes Cup: héroes que marcan un gol a la diabetes

Lilly España  | 3 de julio de 2018

Tags |  Salud

“He visto a un niño que nunca se había inyectado la insulina él solo y al ver que otros niños podían, se ha animado a intentarlo.” Esta quizás sea la frase que mejor defina el objetivo último de la  Diabetes Cup, el torneo organizado desde Lilly en Madrid para normalizar la diabetes. Nos lo comentaba Irune Goikoetxea, una de las enfermeras del equipo sanitario que estuvo este fin de semana con más de 60 niños y niñas procedentes de todas partes de España.

La sexta edición del torneo se ha celebrado en la Ciudad del Fútbol RFEF de Las Rozas y ha congregado a 60 menores, de entre 8 y 13 años, que han podido disfrutar del campeonato junto con sus familias, atendidos por  médicos y enfermeras educadoras en diabetes.

En esta edición se envía un mensaje contundente contra “el miedo”, y se apoya en el pilar del fútbol, demostrando a pacientes y familiares que lejos de ser una barrera,  el deporte hace que se normalice la relación de los niños con la diabetes y al convivir con profesionales durante estas jornadas, se aprende que la clave está en un profundo conocimiento de la enfermedad y de cada paciente. Rosa Yelmo, educadora en diabetes, explicaba que  “muchas veces, el deporte se afronta con miedo porque no se ha recibido la formación adecuada. Existe mucho miedo a la hipoglucemia, sobre todo a la hipoglucemia nocturna. Simplemente, lo que hay que saber es practicarlo en condiciones adecuadas, partir con glucemias adecuadas, monitorizarlo antes, durante y después y luego, ajustar las pautas de insulina y los alimentos que se consumen. Por eso, el equipo sanitario de la Diabetes CUP programa los menús teniendo en cuenta esta práctica deportiva del fin de semana”.

Charo Rubio es otra de las profesionales sanitarias que ha vivido esta experiencia. Viene de Zaragoza y ya es su cuarta edición de la Diabetes Cup. Su labor, como la de todos los profesionales de este campeonato, ha sido incesante durante el fin de semana. Ha tenido la oportunidad de hablar con los padres y profundizar en temas de  educación diabetológica fuera del entorno de la consulta, así como de corregir la técnica de  inyección en alguna ocasión para evitar que en un futuro se causen lipodistrofias en el niño.   “He hablado con una familia, que hasta ahora no se había atrevido a enviar a su hijo a un campamento (…) ahora, gracias a esta primera noche fuera de su control, se lo están planteando”.

Sin duda, lo que marca la diferencia en este evento anual, es la tranquilidad de los padres al poder disfrutar de una noche “sin guardia”. Durante ese fin de semana la labor de la enfermera va mucho más allá de la consulta en el centro sanitario y se convierte en una  supervisión constante, casi desde el primer minuto en la Ciudad del Fútbol. Por primera vez, desde que se le diagnostica la diabetes al niño, los padres pueden permitirse una pequeña desconexión, ya que, aunque sigue siendo su responsabilidad, sus hijos se encuentran atendidos. Si a esto, le sumamos la emoción de ver cómo los pequeños disfrutan, superan sus miedos y  sienten que son capaces de hacer todo lo que se propongan, hablamos de un fin de semana redondo.

Desde el punto de vista del profesional sanitario resulta muy enriquecedor. Tal y como apunta Pilar Carpintero, de Madrid,  “convivir con las familias nos ayuda a empatizar más con los padres. Nosotras estamos una noche cuidando de los niños. Sus padres se levantan todas las noches del año y al día siguiente siguen con su trabajo”. Arantxa Ruiz, en su quinta edición como educadora en el Torneo, afirma: “ esta experiencia nos aporta mucho para nuestra práctica posterior ”. Además, nos resulta muy gratificante ver cómo ponen en práctica aspectos de la educación diabetológica que les hemos enseñado en la consulta.”

Un enriquecimiento que resulta recíproco. Con iniciativas como la Diabetes Cup se logra normalizar la enfermedad y los resultados se ven enseguida. Rosa Yelmo nos contaba cómo la práctica de ejercicio beneficia a los pacientes de diabetes, pero puntualiza “ los resultados se ven de forma muy distinta en cada caso de diabetes y hay que conocerse muy bien para ajustar las pautas de insulina y los alimentos que se consumen”.

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Sofía Quinteiro, endo -pediatra que por primera vez participa en la Diabetes Cup, incide en el deporte como solución para una mayor calidad de vida del paciente en el futuro.  “Es una experiencia inolvidable, muy positiva, en la que los chicos pueden aprender que es posible llevar una vida normal con diabetes. Y esto se consigue en un solo día, en un ambiente lúdico y relajado, con una organización cuidada, que supone una garantía para conseguir estos objetivos de normalización.”

Otra de las profesionales que acudía a la Diabetes CUP por primera vez es Inma Palenzuela, de Santander:  “sabía que estaba muy bien organizado y que merecía la pena, pero me he encontrado mucho más de lo que esperaba. La colaboración con las familias resulta muy gratificante y los chavales juegan con tanta ilusión que, aunque no entiendas de fútbol, te contagian.”

Así, el deporte, que hasta este fin de semana estaba algo restringido para muchos de estos pequeños y se afrontaba con miedo, se convertirá en un aliado para mejorar su calidad de vida. Este fin de semana han ganado todos: los niños, sus padres y los profesionales sanitarios. Durante el torneo  se ha marcado un gol a la diabetes superando esa barrera que tanto preocupa a padres y niños en su día a día. Una experiencia única e inolvidable para todos y que volveremos a repetir el año que viene.